Comedia

domingo, 18 de diciembre de 2011

My life in Hogwarts by Nieves

Aquí esta otro capítulo de la historia de Nieves!Espero que os guste esta historia!!;)

Capítulo II

Estaba dentro de la cabaña escribiendo, ya que mi tío me estaba enseñando, no sabía porqué pero me enseñaba, al preguntarle por ello solo me contestaba en que era algo necesario de aprender. Luego de terminar de estudiar, me fui a los verdes prados con mis amigos, los lobos. Me echaba en el césped y me quedaba dormida al lado de ellos. Me quedé dormida durante unas horas hasta que era medio día y me entró el hambre, desde entonces estaba muy nerviosa ya que quedaba un día para mi 11 cumpleaños. Pasé el resto del día con mi tío en el bosque y con mis amigos los lobos, cuando empezó a anochecer cenamos y me acosté, aunque de los nervios no pude dormir mucho. Pero tenía una mezcla de alegría, claro era mi cumple, pero tenía también un mal presentimiento, lo cual no tenía razón.

Los rayos amarillos del sol me despertaron. Miré por mi ventana lo cual se veía una vista muy bonita del bosque,olí un aire fresco que atraía el viento y presentía que iba a llover cuando empezara a caer la noche, pero cuanto saliera para jugar con mis amigos los lobos y ayudar a mi tío a lavar los caballos mejor y asín no me mojaría. Baje corriendo por las escaleras saltandomelas hasta llegar abajo a la cocina. Había veicon con huevos, me encantaban.
-Gracias, tío.
El se acerco y me acarició el pelo con suavidad y se sentó a desayunar junto a mí. Nos quedamos en silencio pero luego mi tío habló:
-Me dan pena los lobos, después va a llover y no tendrán donde refugiarse.Por los alrededores no he visto madriguera ninguna,ni cuevas....
Me quede en silenció, pensativa, pero en silencio mientras dejaba de comer, pero luego era como si una bombilla me iluminara la cabeza.
-Tío, tengo una idea, todavía es temprano....¿no?
-Si, ¿que idea es esa que te ronda por tu cabeza?
-Pues podemos montar como una establo pero a medida de los lobos, un poco más pequeño como.....la de las cabras y... con comida y demás, para que no sufran hambre o agua....¿qué te parece?.
Su cara parecía pensativa, pero en un instante asintió a la idea y parecía entusiasmado.
-Pues a que esperamos, venga termina y iremos a coger madera para hacerlo.
-De acuerdo.
Comí lo mas ligero que pude, pero un momento se me atraganto un trozo de pan con veicon. Mi tío estaba preparando los materiales, las cuales nunca nos faltaban. Antes de salir miré el cajón donde mi tío guarda el correo de ese mismo día, no sabía el porque, que quería revisar el correo. No había nada interesante, hasta que vi una carta con un sello rojo con un escudo, la letra era curvada y escrito a pluma que ponía.
[i]"Señorita.K.Balck
Armario debajo de la escalera"[/i]
Tiré la carta pensando que era alguna carta equivocada, pero llevaba mi nombre, pero de todos modos lo tiré a la chimenea.
-!!Kris, vamos¡¡.- gritó desde afuera mi tío.
-!Ya voy¡
Corrí y salí de la cabaña. Pasamos casi todo el día haciéndolo y lo terminamos a tiempo. Solo faltaba traerlos, de eso me ocupaba yo, claro. Mi tío me acompaño hasta donde solía llamarlos Me puse las manos en posición trompeta y aullé. Al cabo de unos minutos los lobos estaban allí. Los dejamos en la pequeña cabaña que le hicimos estaba pegada a la nuestra, pero cuando entramos en nuestra casa, nos encontramos con unas cuantas cartas tiradas por el suelo. Cogí una y la leí. [i]"¡Era la misma que la que tiré antes a la chimenea!"[/i]. No me lo podía creer.
-Haber, ¿qué pone?.- preguntó mi tío desde atrás.
Se lo leí.
-De magia y hechicería....¿eh?-masculló. Como si estuviera intentando recordar algo.
-¿Qué sucede tío?
Parecía pensativo hasta que reacciono, como una bomba que acaba de explotar.
-Esa carta es para inscribirte en la mejor academia de Magia y Hechicería del mundo.-dijo contento.- Pero eso es elección tuya, pero va a ser obligatorio ir....
-Pues no quiero.-dije con naturalidad y en seco.
-Bueno haya tu.....voy a descansar, más tarde haremos de comer.
Recogí todas las cartas y las tiré a la chimenea, quemandolas una a una, mirando como se retorcían entre las abrasadoras llamas, pero no tiré una de ellas, la que cogí antes y la abrí. Creo que me atraía esa escuela pero no sabía porque, pero me atraía.

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